Su llegado al Partido Comunista lo encontró compartiendo acciones, bajo la orientación de la Asociación de Cabildos Indígenas del Tolima (ACIT) en favor de su etnia, por mejorar sus niveles de organización y resistencia y contra la voracidad de las multinacional y los terratenientes de esta rica región. La ofensiva paramilitar y oficial lo obligó a desplazarse al municipio de Soacha (Cundinamarca), donde, a pesar de sus limitaciones de salud, continuó su vinculación y trabajo con el Partido Comunista.
Orlando era, sin duda, uno de los tantos indígenas comunistas que han dado su vida a la construcción de un país democrático, soberano y con justicia social. Continúa sus luchas la familia comunista que él formó. Para ellos un saludo fraternal y revolucionario.
Semanario Voz
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