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viernes, 27 de marzo de 2015

Sobre el PND

El Plan Nacional de Desarrollo es una reafirmación de la guerra y del modelo neoliberal.

¿Y el pueblo trabajador? Llevando del arrume. Foto: NP coffee sacks via photopin (license)



Alfonso Conde

El Congreso colombiano se dedica en estos días a la discusión y aprobación del Plan Nacional de Desarrollo (PND), proyecto de ley que contiene la política que el gobierno aspira a desarrollar en este cuatrienio. Parte central del plan es la definición de las inversiones que se proyectan para el desarrollo de tales políticas, desglosadas como estrategias que definen objetivos o proyectos. A los proyectos se les asignan recursos provenientes del gobierno central, de instituciones descentralizadas y territoriales, de fuentes privadas y de los sistemas de participaciones y de regalías.

Dice el proyecto que el primer pilar que sustenta la política gubernamental es la paz. Llama la atención, sin embargo, que el proyecto de inversión con mayor financiación del gobierno central, de los 32 presentados, es justamente el que tiene que ver con la guerra: el denominado “Seguridad y defensa en el territorio nacional” al cual se le asignan más de $90 billones para los cuatro años de vigencia. “La paz no tiene plan… el discurso de la paz va por un lado y la planeación del desarrollo económico y social va por el otro”, afirmó J.I. González en www.razonpublica.com.

En contraste, proyectos como el llamado “Alternativas para el empleo de calidad” recibe del gobierno central el 0,104% de lo asignado a la inversión militar.

También se destaca que del llamado “Desarrollo minero-energético”, cuya inversión total suma $ 78.5 billones, el 83,7% de dicho rubro se plantea proveniente del sector privado para profundizar la entrega de nuestro recurso no renovable a transnacionales, cada vez más beneficiadas con “garantías” tributarias y descenso del monto de las regalías que deben alimentar los programas de salud y educación, entre otros.

También en contraste, el “Desarrollo productivo” relacionado con la economía real no minera recibe en asignación total el 5,1% de la inversión militar o el 10,5% de la inversión en minería. A la “Competitividad rural”, otra pierna del desarrollo productivo, se le asignan recursos provenientes en más de 80% del sector privado, lo mismo que a las comunicaciones y al desarrollo urbano. La promesa del segundo pilar del plan, que habla de un “modelo de desarrollo más incluyente y sostenible” (exposición de motivos) se traduce, como era de esperar, en más de lo mismo.

Para el objetivo “Ciencia, tecnología e innovación” el gobierno destina el 1,9% de lo destinado al gasto militar mientras suma un total del cual el 74,9% corresponde, de manera ficticia, al sector privado que siempre ha disfrazado bajo este rubro su necesidad de reducir la carga de impuestos que debe pagar al estado.

A todo lo anterior se suman las circunstancias causantes de las protestas de educadores, trabajadores y otros. El PND es una reafirmación de la guerra y del modelo neoliberal.

Semanario Voz

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