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martes, 23 de mayo de 2017

Irrumpe de nuevo el sicariato en Ibagué (Tolima)

La Policía en esta oportunidad reaccionó oportunamente, hiriendo a un sicario y deteniendo más adelante al otro. Al parecer son personas contratadas que vienen de otras regiones del país a matar por dinero.

Nelson Lombana Silva



Irrumpe de nuevo el sicariato en la ciudad musical de Colombia, Ibagué (Tolima). En horas de la mañana sobre la carrera 5ª con calle 19, parte céntrica de la ciudad de 600 mil habitantes, dos sicarios dispararon sobre una pareja que estaba dentro de un automotor, quienes quedaron gravemente heridos, muriendo minutos después cuando eran transportados a un centro asistencial.

La Policía en esta oportunidad reaccionó oportunamente, hiriendo a un sicario y deteniendo más adelante al otro. Al parecer son personas contratadas que vienen de otras regiones del país a matar por dinero.

Hace pocos días, un dragoneante del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario también fue asesinado al salir del Complejo Carcelario y Penitenciario de Ibagué de Picaleña, también al ser abordado por dos sicarios que se movilizaban en moto de alto cilindraje. Estos sí escaparon y hasta el momento no han sido detenidos.

Según medios regionales de comunicación, en los últimos días se han registrado varios asesinatos no solo en esta ciudad, sino en distintos municipios del departamento de Tolima.

Hay miedo en la ciudad de Ibagué por todos estos hechos de sangre que vienen sucediendo en esta capital, otrora ciudad apacible y tolerante.

Se anuncia más represión colocando cámaras por todas partes y pie de fuerza policial, pero poco se habla de las causas sociales, económicas y culturales. Ibagué no tiene fuentes de empleo. En los denominados barrios subnormales la situación de hambre es deplorable. El menudeo del narcotráfico pulula, las temerosas líneas invisibles, las mafias se mueven como pez en el agua. Se dice en voz baja que el lavado de dinero en esta ciudad es evidente.

El alcalde lucha por desestructurar la mafia de cuello blanco empotrada en las altas esferas del poder, pero sus tentáculos son muy fuertes. Casi que se hace una lucha suicida y marginal, por cuanto todo este complot de corrupción y violencia tiene relación directa con el sistema capitalista.

Aquí no se trata de ir por las ramas, hay que ir al corazón de la causa principal y señalar que el principal responsable es el sistema económico, ese que respaldamos usualmente con el voto cada cuatro años.

Mientras exista el sistema capitalista, existirá la corrupción, existirá la violencia, se seguirán presentando hechos de esta naturaleza. El capitalismo es el sistema de los antivalores, el sistema de muerte y de zozobra.

El pueblo no puede dejarse dominar por el pánico, debe asumir una postura política y mirar opciones diferentes a las tradicionales. La solución no es incrementar el pie de fuerza policial o militar, instalar más cámaras o anular el parrillero de la moto. La solución radica en solucionar el problema social, económico y político.

Los medios de comunicación deben asumir también una posición clara y consecuente, no pueden seguir inmovilizados por la acción de la pauta publicitaria invirtiendo la información y la veracidad de los hechos.

Nos debe unir la solidaridad. Ayer se perdieron dos vidas más, personas con las que seguramente nunca hablamos, pero teníamos algo en común: la condición humana y los deseos infinitos de vivir. ¡Paz en sus tumbas!

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